¿HACIA DONDE DEBE EVOLUCIONAR EL MODELO DE NEGOCIO DE LAS ASESORÍAS?

Desde hace algunos años, hemos ido comprobando cómo hacienda ha ido informatizando cada vez más sus procesos y sus mecanismos de control. Pero sin duda, uno de los cambios más grandes lo hemos afrontado este año al dar a luz el nuevo sistema telemático, el SII (Suministro Inmediato de Información).

Hasta ahora, cuando una empresa vendía o compraba un bien o servicio, tenía entre uno y tres meses para declarar a Hacienda el IVA repercutido o soportado de las facturas de cada operación. Con el SII, ese margen de tiempo se ha reducido significativamente, porque el plazo entre que se contabiliza cada factura y se declara ha pasado a ser este año de tan sólo ocho días y, a partir de 2018, será de cuatro.


Para las empresas este ha sido un cambio de paradigma en la forma de relacionarse con la Agencia Tributaria. Para las empresas suministradoras de software de gestión de contabilidad ha supuesto varios meses de duro trabajo en cooperación con la Agencia Tributaria y para Hacienda ha supuesto sin duda un paso de gigante en la apuesta por el control del fraude y la lucha por la morosidad.


Siendo ya de obligado cumplimiento este sistema para las empresas de más de seis millones de euros de facturación y las inscritas en el registro de devolución mensual, aún no se ha “intervenido” a los autónomos y pequeños empresarios de forma directa. Entre otras cosas por la dificultad de adaptación al cambio que esto supondría. Ha preferido hacerlo de forma escalonada, con muy buen criterio por otra parte.


Pero incluso para las más pequeñas, el inicio del SII marca un antes y un después en el manejo de sus cuentas, pues muchas de ellas aunque aún no se vean directamente afectadas, sí lo son indirectamente al ser proveedoras de empresas que están ya inscritas en él, ya que el fin último del sistema es cruzar los datos de unas empresas con otras en aras de combatir el fraude fiscal.
Tenemos que asumir que a medio plazo el requisito de facturación se rebajará para todas las empresas y el SII terminará por generalizarse. Hacienda utilizará sin duda las herramientas que la transformación digital ofrece en cuanto al tratamiento de datos (Big Data), la conectividad, homogeneidad y homologación de las herramientas de gestión contable, facturación electrónica y medios de pago para obtener un diagnóstico claro de la situación fiscal de cada empresa.


A medida que esto ocurra, la automatización de procesos evitará riesgos de error u omisión y las sanciones actuarán como herramienta implacable para delatar incumplimientos.
La dificultad para Hacienda radicará en extraer los datos de los ERPs de las empresas y ordenarlas correctamente para hacer un análisis de los mismos. No será necesario iniciar largos procesos de inspección en los que se requiera aportar documentos físicos. Estará todo al alcance de la administración sin apenas intervención humana. Se requerirán analistas de datos y expertos en tratar la información.


Y si el margen de las empresas es cada vez menor y los procesos se automatizan, ¿Hacia dónde deberán de evolucionar las gestorías y pequeñas asesorías que se encargan de llevar la contabilidad de los autónomos y pymes? ¿Tendrá sentido el papel de los asesores contables y fiscales más tradicionales?
En 2016 el sector de las asesorías estaba formado por 66.093 empresas, de las cuales el 50,7% carecía de personal asalariado y el 97,5% no tenía más de 9 empleados. Esto supone que el esfuerzo de adaptación a las nuevas tecnologías de los propios despachos va a tener que ser muy grande y probablemente el propio sector sea protagonista de una fuerte reestructuración.
Además, los profesionales de despachos de economistas y asesores fiscales deberán buscar nuevas formas de generar valor añadido a los clientes para no quedar vacía de contenido su función tradicional.  


Como consultora especialista en PYMES, siempre he apostado por ser el apoyo a la integración de las nuevas tecnologías para la optimización de los procesos internos de la empresa mediante la elección del software de contabilidad adecuado, la gestión documental, la implementación de un ERP que permita controlar las entradas y salidas de forma automatizada, control inventario, facturación electrónica, ... buscando conseguir para los clientes minimizar riesgos, ventajas competitivas, introducción en nuevos mercados, estrategia de marketing de productos y servicios, adaptación al mercado o mejoras en los procesos productivos.
Todo ello con el principal objetivo de reducir la realización de tareas mecánicas y dedicar más tiempo al análisis de información y a un verdadero asesoramiento estratégico.

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